Cibran. Un Hombre de Piedra

 

Cibran

El Hombre que escucha las piedras

Cibran, una persona como otra cualquiera. Su trabajo, sus responsabilidades, su familia, sus retos, sus sueños… pero que sin embargo también decidió ser Un Hombre de Piedra. Desde allá arriba, desde sus esferas, el mundo se ve de una manera, desde aquí debajo, de otra muy distinta, pero, sin embargo, ha querido probarlo. Como todos, preparó su mochila, con las cuatro cosas necesarias y se bajo de lo alto de su esfera. Un subordinado más, un hombre más del camino, sin galones, responsabilidades, más que la de aprender y experimentar, y ver cómo es eso de vivir entre piedras del camino y entre destinos inciertos. Saber cómo se vive en primera persona las vidas, experiencias y necesidades de estas personas,  sin tener que recurrir a las noticias que se leen o escuchan en los medios de comunicación cuando son noticia por una causa u otra, que, por regla general, siempre tratan de lo mismo. Rara es la vez que reflejan sus virtudes, bondades y el potencial que se oculta en su interior y que tan solo precisan de un empujoncito cariñoso y solidario para que fluya como un rio poderoso. No pensar o imaginar cómo se puede o se es posible vivir así, sino vivirlo, sin más pertenencias que una mochila con cuatro mudas, dos pantalones, alguna que otra camiseta, un montón de fe y esperanza… una forma de pensar y vivir muy diferente a la que se está acostumbrado cuando se vive holgadamente y en altas esferas, aunque ello conlleve responsabilidades, y saber cambiar la desilusión por ilusión, la desesperanza por la esperanza, la soledad por la compañía… saber cambiar aquello que es negativo por lo positivo, saber vivir en los extremos y fronteras más inverosímiles, saber para aprender y aprender para saber. Quien sabe los destinos que esconden los caminos y las piedras con las que se tropiezan en ellos. Por una vez, quizás pensó, voy a ser como el más pobre de los pobres, disfrutare como solo ellos saben disfrutar, tanto en las alegrías como en las penas, comeré y beberé en la misma mesa que ellos, sobre las piedras, y en las noches oscuras, solitarias y tristes dormiré como ellos, entre las piedras. Seré Un Hombre de Piedra y aprovechare la experiencia para cuando vuelva a las altas esferas de mis responsabilidades, poder discutir con aquellos que tanto las discuten y divagan las verdades que son  y existen en estos lares y no solo las divagaciones, opiniones o suposiciones sobre lo que ¡es! o  pueda ser o se quiere lo que sea.

Supongo que así será, personalmente he tenido el placer de conocerlo y creo que es una persona que sabe escuchar y de esas, de esas, quedan pocas. Dios nos dio una boca y dos orejas. Se preguntaran por qué. Piensen un poco la respuesta antes de seguir leyendo estos escritos, solo un poco…

Razonable, una boca para hablar una sola vez y dos orejas para escuchar dos veces.  Cibran, el que camina entre Hombres de Piedra, el que quiere escuchar, el que quiere aprender de sueños e ilusiones que no se pueden comprar ni con todo el oro del mundo, el que quiere aprender a imaginar cómo resolver lo que no se puede resolver… que las piedras del camino te acompañen, guíen y sobre todo que te hablen. Escúchalas.

Cibran y las piedras

El Hombre que camino entre las piedras

 Fotografías:
M.Méndez.
Bea Mato.

Publicado on May 26, 2010 at 2:24 pm  Deja un comentario  

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